La restricción al uso de PFAS en indumentaria técnica se ha extendido en los últimos tiempos, especialmente a medida que crece la evidencia sobre sus efectos perjudiciales para el ecosistema y la salud humana.
La marca Gore-Tex y el desafiante mercado de los PFAS en la funcionalidad textil
La restricción al uso de PFAS en indumentaria técnica se ha extendido en los últimos tiempos, especialmente a medida que crece la evidencia sobre sus efectos perjudiciales para el ecosistema y la salud humana. Esta situación ha impulsado a los principales actores del sector de prendas outdoor y deportivas a replantear sus estrategias para incorporar atributos prácticos en sus diseños, mientras varios enfrentan acciones legales por su presunta lentitud para adaptarse.
W.L. Gore & Associates, creador de los tejidos impermeables y transpirables Gore-Tex, forma parte de este grupo. La compañía estadounidense ha gestionado por años las dificultades asociadas al empleo de PFAS en sus productos, pero el escrutinio se ha agudizado recientemente con dos nuevas demandas en los últimos seis meses. Un caso ha sido archivado favorablemente para Gore, mientras otro sigue en proceso. A continuación, un análisis sobre los PFAS, los litigios y la postura de la empresa.
Los PFAS y sus riesgos
Las
sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), antes
conocidas como perfluorocarbonos (PFC), son un conjunto de miles de
compuestos sintéticos con enlaces carbono-flúor extremadamente
resistentes. Históricamente se han aplicado en textiles para conferir
propiedades repelentes al agua, manchas y grasa, además de resistencia
química y térmica. Desde los años 50, estos químicos han estado
presentes en artículos de consumo.
No obstante, algunos PFAS, como el PFOA y el PFOS, han sido identificados como contaminantes ambientales persistentes por su lenta degradación, vinculándose también a problemas de salud como trastornos reproductivos, afecciones tiroideas y ciertos cánceres.
Regulaciones en EE.UU.
Las
normativas sobre PFAS se han incrementado en EE.UU. y otras regiones
ante la preocupación por estos "químicos eternos". Desde 2007, unos 30
estados han implementado alrededor de 155 políticas dirigidas a estos
compuestos, con once estados estableciendo prohibiciones totales o
parciales, muchas vigentes desde 2025.
En textiles de alto rendimiento, las regulaciones se centran en prendas outdoor, donde propiedades como la impermeabilidad son clave. California, por ejemplo, prohibirá los PFAS en ropa para condiciones extremas a partir de 2028, exigiendo etiquetado previo. Nueva York aplicará una restricción similar ese mismo año.
W.L. Gore & Associates y su tecnología
Como
referente en indumentaria outdoor, Gore ha buscado alternativas a los
PFAS. La empresa, especializada en fluoropolímeros, produce los tejidos
Gore-Tex desde 1969, colaborando con marcas como Adidas y Asics.
La presión sobre Gore aumentó en 2012, cuando Greenpeace impulsó la eliminación de recubrimientos con PFAS. Para 2017, la compañía se comprometió a eliminar ciertos PFC para 2023, aunque mantuvo el politetrafluoroetileno (PTFE), un fluoropolímero clasificado como PFAS. En 2020, anunció que retiraría los PFC más nocivos del 85? sus productos, abordando el resto para 2023.
Avances y desafíos
El
PTFE, base de muchos productos Gore, alguna vez contuvo trazas de PFOA,
un químico ya no fabricado en EE.UU. pero aún presente en el ambiente.
Gore asegura que solo adquiere PTFE de proveedores que certifican no
usar PFOA.
En 2018, la empresa lanzó un tratamiento repelente al agua sin PFC, aplicado al 50? sus materiales. Para 2024, introdujo una membrana de polietileno expandido (ePE), más ecológica pero con mayor costo y mantenimiento.
Controversias legales
Gore
enfrenta acusaciones de contaminación cerca de sus plantas. En 2023,
residentes de Maryland demandaron a la empresa por presunta
contaminación del agua con PFOA cerca de su fábrica en Cecil County.
Gore respondió con investigaciones y suministro de agua embotellada.
En 2024, el fiscal general Anthony Brown presentó otra demanda, alegando que Gore conocía los riesgos de los PFAS desde los 90. Un caso fue desestimado en mayo de 2025 por fallos procesales, pero los demandantes pueden reintentarlo.
En febrero de 2025, consumidores acusaron a Gore de "greenwashing", afirmando que sus productos liberan PFAS durante el uso y lavado. La empresa niega las acusaciones, destacando su eliminación del PFOA y colaboración con autoridades ambientales.
Gore
mantiene su compromiso con la sostenibilidad, aunque los litigios
reflejan la complejidad de equilibrar funcionalidad y seguridad. La
transición a alternativas libres de PFAS sigue siendo un reto para la
industria, con Gore a la vanguardia de este cambio.
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